Si hablamos de atalayas debemos pensar en edificios defensivos, robustos, altos y siempre estratégicamente situados. La atalaya que en este caso nos concierne no podía ser menos, además de hallarse próxima a cauces de agua, ideal para el asentamiento de grupos humanos a su alrededor.
Atalaya islámica que aun permite vislumbrar parte de lo que fue, en este caso dos torres circulares unidas. Una de ellas hueca, mientras que la otra es maciza y con un pozo rectangular cuya finalidad se desconoce. Construcción de mampostería de piedras calizas unidas con argamasa rosácea, sin cubierta y entrada en el primer piso. Un lugar de guarnición, estratégico, pero no siempre defensivo.
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