En el primitivo edificio del S. XVI, celebraba sus sesiones el ayuntamiento, que tenía aquí sus oficinas más representativas.
En el piso bajo estaban el “Mesón de la Fruta”, que era una especie de puesto regulador, y el “Peso Real”, por el que pasaban todas las mercaderías para comprobar su peso y conseguir el permiso para su venta.
Se vendió junto con otros bienes para construir el nuevo ayuntamiento. En 1862 pasó a la Sociedad del Casino de Palencia.
En la década de los años 20 Jacobo Romero realiza en el edificio una completa trasformación que le da la apariencia que tiene hoy, mostrando el ambiente más característico de la burguesía palentina.
El mural modernista exterior es obra del pintor palentino Rafael Oliva (1998).
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