Es una de las fortalezas que pertenecieron al conde de Luna, de característico estilo constructivo que presenta planta cuadrada y fábrica de mampostería, excepto en las esquinas, cuyas aristas se edificaron en piedra de sillería. Se conserva la torre del homenaje y el almenado de los muros.
Fue erigido en el siglo XIII, aunque lo que puede verse actualmente es la reconstrucción realizada en el siglo XV por Don Diego Fernández de Quiñones y doña María de Toledo.
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