El castillo saldañés fue morada de romanos, visigodos y árabes, hasta que Alfonso I lo conquistó para la cristiandad. En él murió la reina Doña Urraca, hija de Alfonso VI.
Su importancia militar decayó, hasta convertirse en prisión, objeto de las disputas entre el Conde de la Villa y diversos alcaldes de la época. Se encuentra en ruinas.
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