Purista y sobria, deja al descubierto las influencias del estilo romano en toda su arquitectura y decoración. No atesora piezas importantes, aunque en sus tiempos sí fue dueña de una pintura del Greco. Hoy cuenta con un rico archivo musical que conserva 6.000 obras -algunos autores lo definen como único en España- y un retablo de Juan de Juni del siglo XVI.
La historia del edificio se mezcla con el propio desarrollo de la ciudad vallisoletana, hasta el punto de que el crecimiento de la villa condicionó la construcción en sus orígenes.
Es la gran Catedral inacabada, resultado de un proyecto que no pudo desarrollarse en todo su esplendor. La inicial colegiata se quedó pronto obsoleta debido a los cambios de los gustos de la época, así que el Cabildo aprovechó para edificar una Catedral que superara en importancia a otros edificios similares que enorgullecían a las capitales vecinas. Aunque fiel al proyecto de Juan de Herrera, el edificio sufrirá numerosos añadidos, como el remate de la fachada principal, obra de Churriguera.
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