Fue la primera fundación de Santa Teresa, con la ayuda de su hermana, su cuñado y el Obispo de Ávila. El monasterio se componía de una serie de casas y una pequeña iglesia que se agrupaban, creando un espacio arquitectónico diferente al del resto de conventos de la ciudad.
Se conservan algunas dependencias como la cocina, el refectorio, la celda de la Santa y el claustro. La iglesia actual de Francisco de Mora, iniciada en 1610, es de estilo herreriano y excelente sillería, y se encuentran en ella los sepulcros orantes en alabastro de los Señores de Guillamas y el Obispo de Mendoza. Actualmente, es un convento de monjas de la Orden de las Carmelitas Descalzas.
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