Convento inaugurado en 1557 en estilo purista del Renacimiento, atribuyéndose a Pedro de Tolosa y Pedro del Valle. Construido en piedra y mampostería el edificio goza de las mismas características de los conventos de aquella época: iglesia, patios, claustro, celdas, paneras y huerta.
La Iglesia muestra otra portada de piedra, modelo clasicista relacionado con Serlio, y similar a otras obras del autor anteriormente citado, Pedro de Tolosa. El Templo es sencillo y amplio, de una sola nave, con tres bóvedas rebajadas. El patio cuadrado, con columnas y capiteles, todo de piedra berroqueña.
Aún se conserva, en el moderno convento, el sepulcro de Doña María Dávila, primera abadesa de “Las Gordillas”, obra notable de Blasco de Zarza, siglo XVI.
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