Buscando la protección natural de la Sierra de Gredos, se asentó un castro que llegó a contar con más de 3.000 habitantes. Tenía una muralla de protección de 2 km de longitud y entre 2 y 3 m de anchura.
La muralla fue mandada derribar por los romanos, quienes obligaron a los vettones a abandonar el poblado. Actualmente puede verse parte de la muralla y las estructuras de numerosas viviendas, mediante un recorrido con señales didácticas.
También se pueden ver algunas pinturas rupestres en el camino que asciende desde el Castro de El Raso al `Collado Braguillas`.
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