Construida en piedra de sillería, de tres naves y bóvedas de crucería estrellada, tiene una cabecera plana donde se encuentra el presbiterio, y en el lado de la Epístola destaca la Capilla de la Inmaculada, de tipo plateresco, cubierta con bóveda de crucería estrellada sobre trompas. Esta Capilla guarda un políptico de pinturas de 1575 con retratos de los donantes y de su familia.
En escultura, destacan el sepulcro de María Rodríguez de Castro, esculpido por Bartolomé Carbone y Angelo Bagut, y las obras de Don Fernando de Curiel y Francisco de la Torre, todas ellas de la segunda mitad del siglo XVI.
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