El templo actual fue reconstruido en el siglo XVI, sufriendo reformas en los siglos XVII y XIX, habiéndose perdido su inicial fábrica románica.
Tanto en los brazos del crucero como en su tramo central, posee trazado de inspiración hontañonesca. La decoración de las claves es muy representativa de la época y se compone de elementos como flores de lis, svásticas, rosas, veneras, anagramas de Cristo y María, y símbolos del Papado.
Su estructura exterior es sobria y sencilla, y está realizada con muros de mampostería. La torre se sitúa a los pies, en el lado del Evangelio, y tiene construidos en ladrillo sus dos últimos cuerpos, una obra realizada en el siglo XVII que obligó a una readaptación de la nave en su último tramo. En su conjunto, responde al estilo gótico español de mediados del siglo XVI.
Sobre el relicario se exponen relieves de David, Moisés, El Cordero y Santa Lucía. A ambos lados aparecen San Juan Bautista y San Mateo.
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