Iglesia construida en el siglo XII. Conserva la traza románica en el ábside y el muro meridional siendo el resto una reconstrucción de estilos posteriores. Alberga un Cristo Yacente de Francisco Fermín. (XVII). Con siete arcos y uno de cada lado apoyado en un capitel sin columna, y una pila bautismal del XIII, de piedra zamorana con arcos rebajados sobre columnas con figuras en relieve que representan el bautismo de Cristo.
Primitivamente se llamó Iglesia de San Román. Fue incendiada durante el llamado Motín de la Trucha (1158), que según la leyenda enfrentó a nobles y plebeyos en torno al mercado callejero de abastos, durante el reinado de Fernando II.
En el interior se han conservado dos curiosos ciclos de pinturas murales del gótico lineal con escenas de la vida de Cristo y la Virgen, además de un San Cristobalón del siglo XVI.
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