De la obra primitiva se conserva únicamente la portada en piedra arenisca. Sobresale ligeramente del muro de la nave rematando en lo alto con un tejaroz protegido con tejas.
Muestra tres arquivoltas de medio punto, la exterior decorada con sapos, varias aves, un pez, un león, un hombre agarrado a una rama y trenzados. Las otras dos están decoradas con dientes de sierra. Destacan los capiteles figurados con formas zoomorfas y antropomorfas que coronan las jambas.
Modillones que muestran hombres desnudos y animales sujetan la cornisa.
El resto del edificio, nave, capilla mayor y espadaña, fueron renovados en el siglo XVIII.
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