La iglesia se construye a comienzos del siglo XVII, durante la estancia de la corte de Felipe III, y las obras finalizaron en 1615.
Es de una sola nave, lo que determina que la fachada se disponga formando un rectángulo vertical rematado con frontón. Hay una hornacina en la que dentro hay una Inmaculada de piedra. En el crucero hay dos retablos de principios del siglo XVII y en el lado de la epístola hay un retablo barroco, que contiene una Inmaculada de escultura, del último cuarto del siglo XVII.
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