El convento fue fundado en 1661 por don Gaspar de Bracamonte y Guzmán, Conde de Peñaranda y virrey de Nápoles, iniciándose las obras en 1667. La iglesia y el convento se caracterizan por la sencillez, norma imperante en la arquitectura carmelitana. La capilla mayor se adorna con un precioso retablo muy similar al de las Carmelitas de Alba de Tormes, presidido por la Virgen de la Asunción de Lucas Jordán. En el interior del convento se custodian pinturas y obras de gran valor, muchas de ellas enviadas desde Italia por su fundador. En el exterior del edificio destacan sus volúmenes geométricos y se ha hecho uso masivo del ladrillo, reservando la sillería para las partes vivas y portadas.
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