En la esquina de la plaza de Bocos luce lo que los habitantes del lugar llaman: “La Torre”, que perteneció a los Medinilla y en su día se llamó “Torre del Campo”.
En la actualidad el fortín se ha convertido en vivienda, perdiendo parte de su apariencia inicial. Conserva aún los cuatro sillares de caliza de las esquinas de la casa y parte de un contrafuerte de perfil cúbico en su fachada, así como dos ventanas de saetera ya ampliadas. Una Torre reparada en el siglo XVIII que aún hoy podemos contemplar como recuerdo de lo que fue.
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