Perteneció al antiguo convento de los agustinos, levantado por las familias Fuenmayor y Camargo. Sus obras se iniciaron en 1560, y presenta dos torres gemelas de gran altura y una portada clásica.
Destaca la capilla del Carmen, con una cúpula estrellada de gran elegancia, y la decoración de relieves en yeso, que hacen alusión a la vida de la Virgen.
Cuenta con una importante colección de pinturas, entre las que destaca el cuadro el Cristo de Burgos, obra de Mateo Cerezo; el retablo gótico de San Lorenzo, de la escuela aragonesa; el retablo de San Vicente, de la segunda mitad del siglo XV, de estilo gótico castellano; y la talla tardo románica de Nuestra Señora de los Milagros.
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