En las inmediaciones de la ciudad de Béjar se encuentra El Bosque, uno de los escasos ejemplos de jardín romántico de la región.
Su construcción se une al ducado de Béjar y en concreto a Don Francisco de Zúñiga y Sotomayor, siguiendo las pautas del estilo renacentista. En un bosque cercano con agua abundante, se diseñó un lugar de retiro y paseo con todos los elementos de la época: cenador, estanque, fontanas, paseos, escalinatas…
El recorrido permite contemplar el antiguo palacete, del siglo XVI, y el amplio estanque que se abre junto a él, por el que antaño se deslizaban las barcas. Rodeados de una tupida arboleda surgen paseos y escalinatas, bancos ocultos o fuentes escondidas.
Los enormes árboles, de gran altura, pertenecen a especies autóctonas y foráneas; se cree que proceden de la misma época que el resto del conjunto y representan un espectáculo de color con la llegada de las distintas estaciones.
Pocas palabras con las que definir este lugar, una naturaleza organizada con sumo respeto por el hombre, un rincón de ensueño.
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