El castro de Chano destaca por su excepcional estado de conservación, habiéndose localizado cerca de veinte construcciones.
Las viviendas podían alcanzar hasta 5,5 metros de diámetro y sus muros 60 cm de grosor. La única abertura era la puerta de entrada y ésta aparece elevada sobre el suelo. Son edificaciones de tipo doméstico, teniendo en el centro el hogar sobre una gran losa de pizarra jalonada por lajas inclinadas.
El castro estuvo habitado por astures entre el siglo I antes de Cristo y la primera mitad del siglo I después de Cristo. No se ha documentado un abandono violento del poblado aunque se han encontrado algunas cantidades de monedas (pequeños tesoros) en el interior de las viviendas, lo que indica un abandono rápido, por causas aún desconocidas.
La realización del Centro de Interpretación del Castro de Chano ha permitido recuperar el yacimiento y los teitos (cabañas con techos de paja) de los Ancares para las visitas turísticas.
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