Estamos ante un Monasterio cuyos orígenes se remontan a principios del siglo XII, año 1150, con origen en una Iglesia dedicada a Santa María de la Vega. Es a finales de siglo cuando al fin se asientan los Canónigos de San Agustín, construyendo la Iglesia y el Convento, del cual se conservan restos de cinco arcos en el claustro, arcos semicirculares que forman una arquería de columnas pareadas.
En su escultura destacan 16 capiteles con escenas de caza, bailes, animales y vegetales. Muchas de sus riquezas se han perdido o no se hallan en su lugar de origen, pero aun así es un hermoso conjunto que aun siendo intervenido conserva su grandeza, riqueza, altura y belleza singular.
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