El origen de este monasterio se remonta a la segunda mitad del siglo IX, cuando el rey Alfonso III crea la abadía y la entrega otra serie de pequeños cenobios del entorno, si bien, tiempo después, en 1033, Mave y sus posesiones pasaría a integrarse en el gran monasterio benedictino burgalés de San Salvador de Oña.
Nada queda de la antigua construcción prerrománica. El claustro y las demás dependencias anejas, sede hoy de un complejo hostelero, sufrieron una completa reconstrucción a lo largo del siglo XVIII, pero de la fábrica románica se ha conservado íntegra la iglesia, un amplio edificio construido en sillería roja, con triple cabecera y tres naves, con espadaña a los pies y con una alta cúpula sobre el crucero.
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