En la intersección entre las calles Mayor y Almudena, apoyada en la barandilla que rodea los restos de las ruinas de la Iglesia de la Almudena, se encuentra esta estatua de bronce realizada por el escultor Salvador Fernández Oliva en 1999.
La figura representa a un hombre de edad madura que observa los restos arqueológicos de la mencionada iglesia, apoyado en la estructura que protege las ruinas. La estatua está anclada directamente sobre el pavimento, sin pedestal.
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