Levantada por la cofradía del mismo nombre en el siglo XVI en el lugar donde los cofrades realizaban la penitencia o disciplina. La portada fue trazada por el arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón. El interior fue remodelado al gusto barroco por Joaquín de Churriguera en el siglo XVIII. Tiene planta de cruz latina de una sola nave, cubierta con bóveda de lunetos. Destaca el magnífico retablo de Joaquín de Churriguera presidido por la imagen de la Inmaculada Concepción de Gregorio Fernández.También se puede ver la Cruz procesional de plata en una hornacina del muro del Evangelio, obra de Pedro Benítez.
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