Formaba un conjunto con un desaparecido monasterio del siglo XII. El edificio era de una sola nave y hoy, únicamente, podemos admirar su capilla mayor, de ábside semicircular y dos capillas laterales de testero plano. La portada está conformada por cuatro archivoltas abocinadas, que recuerdan a San Andrés del Arroyo.
En la plaza, frente a la iglesia, se encuentra el rollo o picota, obra de finales del siglo XV y levantado por los Almirantes de Castilla como su lugar de vasallaje. Se compone de un fuste cilíndrico sobre basa de dos cuerpos.
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