Iglesia de una sola nave con tres capillas, que está cubierta con un artesonado morisco del siglo XV con decoración de laceria. Está construida sobre el solar del antiguo Hospital de Villlafranca. En el siglo XV se realizaron varias reformas por Don Pedro Álvarez de Toledo, marqués de Villafranca, el cual instalo en el templo los sepulcros de su familia. La comunidad franciscana tuvo que abandonar el convento, pasando a ser usado como cuartel en la regencia de María Cristina.
De la iglesia destaca principalmente la sillería del coro del siglo XVI y el retablo que se encuentra en el altar de estilo churrigueresco junto a los enterramientos que se encuentran en la capilla mayor.
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