Castroverde cobró especial importancia a lo largo de la segunda mitad del siglo XII y primeros años del XIII ya que era un núcleo fortificado del sistema defensivo leonés en la zona de Tierra de Campos. Fernando II la dotó de sus defensas y se le concedió en 1201 un fuero, que incluía la jurisdicción sobre su extenso alfoz. Se construyeron y reformaron sus iglesias, así como las murallas de la villa y el castillo.
La iglesia de San Nicolás aparece documentada en 1126, aunque sus vestigios datan de los primeros años del siglo XIII. De esta época destaca la torre, la portada de época pleno medieval y una capilla funeraria adosada al muro sur de la nave.
La torre de la iglesia, iniciada en sillería en estilo románico, cambia en el último cuerpo hacía arquitectura mudéjar. En la parte inferior se encuentra situada una capilla funeraria. El primer cuerpo es el más cerrado, en el segundo cuerpo se abren huecos en dos caras y el tercer cuerpo se ha fragmentado en altura mediante la interposición de una pequeña imposta de piedra. El último cuerpo, construido en ladrillo, está destinado a cuerpo de campanas.
Tras llevar a cabo las obras de consolidación y adaptación de las ruinas de la Iglesia y la restauración finalizada en 2009, la iglesia ofrece una imagen exterior renovada. También se procedió a la limpieza y restauración del conjunto de bienes muebles, sepulcros, lápidas, pila, y revestimientos con grafitis históricos, fábricas del retablo y decoraciones de nervios en yeso.
Ha sido declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento en 2022.
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