Bajo la dirección de los canteros montañeses Juan García y Juan Pérez se construyó con planta de tres naves iguales en altura y con una gran cúpula que descansa sobre pechinas en el crucero, que muestran los atributos evangélicos en forma de relieves barrocos, coronando el conjunto una esbelta linterna.
En el exterior resalta la cúpula octogonal con su linterna apoyada sobre parámetros y recios contrafuertes. Tanto ángulos apilastrados como friso y paramentos han sido construidos en ladrillo. Sus entrepaños fueron decorados a base de resaltes que forman combinaciones de cuadrados y diagonales, estando a su vez los entrepaños alternos que flanquean las ventanas, adornados con floroncillos centrales y quebradas en zigzag; lo cual recuerda al estilo mudéjar.
Del interior destacan tres armoniosos retablos del mismo taller. Existen entre sus columnas estriadas diversa imaginería, destacando la del santo titular y, sobre todo, el grupo escultórico `La Piedad`, del siglo XVIII.
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