La iglesia románica de Santa Marina se eleva a media ladera, sobre las casas, formada por la habitual cabecera de ábside semicircular, una modesta nave y una robusta torre a los pies, uno de los pocos ejemplos de este tipo de campanario en la zona, donde es habitual la espadaña.
Los canteros románicos dejaron lo mejor de su habilidad en las minuciosas ventanas del ábside y en los soberbios capiteles del arco triunfal, con representaciones de grifos y de la escena bíblica de Daniel en el foso de los leones.
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