La edificación ha sufrido varias reformas en los siglos XVI, XVIII y XIX. Se organiza en una sola nave, dividida en tres tramos individualizados por arcos de diafragmas semicirculares, cubiertos con madera, más una capilla mayor con ábside ultrasemicircular que, al parecer, está reconstruido.
Lo más interesante de esta iglesia son los capiteles románicos del arco toral. Uno de ellos representa dos leones con una cabeza común y una arpía, similar a uno de los capiteles de la iglesia de San Martín de Salamanca; y el otro un basilisco y dos águilas. Sobre cada uno de ellos, cimacios decorados con hojas inscritas en círculos que recuerdan a labores de la Catedral Vieja.
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