Templo gótico del XIII, reformado entre los siglos XVI y XVIII. Es de sillería con tres naves separadas por pilares, bóvedas de arista y crucería sencilla. La portada principal es de la época de los Reyes Católicos y cuenta con sepulcros en arcosolio con orantes de la familia Acuña, señores de la villa.
Dispone de sillería de nogal y crucifijo del siglo XIII, un retablo con pinturas del siglo XV y una escultura de San Isidro Labrador obra de Gregorio Fernández.
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