El monasterio fue mandado construir en el siglo XII por doña Sancha de Castilla, hermana de Alfonso VII el Emperador. El rey francés Luis el Joven regaló a la infanta una espina de la corona de Jesucristo custodiada en el Monasterio de San Dionís, y de ahí el nombre que se le ha dado a este Monasterio.
La fachada de la iglesia y sus dos torres son de mediados del s. XVII, de la Escuela de Ventura Rodríguez. En el interior, resaltan los dos claustros, de la hospedería y el regular, ambos del siglo XVII, y un conjunto de capillas, como la de la reliquia, diseñada por Francisco de Praves, y en la que se puede contemplar la custodia que guarda la Espina.
El edificio sufrió un incendio en 1731, que destruyó la biblioteca y gran parte del Monasterio, pero pudo salvarse la reliquia de La Santa Espina y el libro de Tumbo. Después llegó la invasión francesa, y también la desamortización de Mendizábal, que ocasionó la salida definitiva en 1835 de los monjes que lo habitaban.
Deja una respuesta