Situado en el Paseo de Recoletos, frente al Palacio del Marqués de Salamanca, este palacio fue encargado en 1872 por Francisco López-Dóriga al arquitecto Francisco de Cubas, conocido como marqués de Cubas. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1977.
El edificio responde a la típica vivienda de las clases altas de la sociedad del Madrid de finales del siglo XIX. Fue utilizado en su planta baja para el negocio del propietario (por lo que la puerta de entrada se encuentra descentrada), y las dos plantas superiores se destinaron a vivienda. Su composición arquitectónica es similar a la del contiguo Palacio del Marqués de Alcañices -sótano y plantas baja, principal y superior-, y también denota su inclinación por el orden y la simetría en la disposición de huecos y balcones de la fachada. La decoración exterior, en cambio, es más sencilla, donde destacan las molduras de las ventanas y los frisos que se disponen longitudinalmente a ambos lados de los balcones del piso principal. También merece mención la cuidada rejería, característica de las obras de Cubas.
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