Forma parte de la Vía de la Plata, que unía Mérida con Astorga. Aunque su origen es romano, del siglo I d.C., tan solo son de esta época los quince arcos más cercanos a la ciudad, sufriendo los otros once varias reconstrucciones como consecuencia de las crecidas del Tormes. A la entrada del mismo se encuentra el verraco celtíbero, escultura granítica en forma de toro, testimonio de la cultura de los vettones, pobladores prerromanos de la ciudad. El verraco es famoso también por la referencia que a él se hace en una de las obras maestras de la literatura española: “El Lazarillo de Tormes”. Tanto el toro como el puente forman parte del escudo de la ciudad.
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