Curioso municipio por sus orígenes, pues allí se supone se asentó un pueblo celtíbero, y fue paso de una importante calzada romana.
Un municipio que resalta hoy en día por su antigua torre, la que acompaña el lugar desde el siglo X, de origen bereber, luce esbelta y atrevida con sus 18 metros, planta casi cuadrada y gruesos muros, que cubren tres pisos de altura, en los que se advierten aún las marcas de las vigas que los definen. Su puerta se halla en la fachada, escondida en un pasadizo, uniendo la torre con la Iglesia románica tardía de San Juan Bautista (s. XII). En su lienzo se aprecian huecos, saeteras o aspilleras.
Un original y preciado edificio, cubierto por un tejado a dos aguas
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