Según el Catastro del Marqués de la Ensenada (1753), a mediados del siglo XVIII la torre pertenecía a la familia Coloma. Se encuentra rebajada ya que le falta el característico almenado que remata la parte superior de este tipo de construcciones.
Cuenta con dos entradas, localizadas en las fachadas suroeste y noreste, respectivamente. Presenta algunos vanos apuntados y saeteras y, en el último piso, a modo de galería formada por pequeñas ventanas corridas y protegida por una cornisa, se encuentra el palomar.
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