Villa romana de gran extensión que conserva los restos de una lujosa casa señorial del siglo IV, y habitada hasta el siglo V, en la que se pueden visitar sus dos patios, en torno a los cuales se articulan un total de 30 estancias.
El itinerario por esta villa romana muestra la distribución de la casa, así como los característicos suelos de mosaicos, entre los que destaca el que representa a Pegaso, al lado de una fuente de la que mana un riachuelo donde le bañan dos ninfas. Además, existen termas a las que se accede por un pasillo que remata en una gran sala de planta trilobulada.
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