Al parecer, el solar donde se encuentra la ciudad estuvo ocupado por un pequeño núcleo en la Edad del Bronce, y en época prerromana fue un poblado astur que contaba con construcciones en adobe, empalizadas, hornos… donde también se localizaron cerámicas y monedas de la cultura íbera.
A lo largo del siglo I d. C la ciudad se incorpora el Imperio Romano y alcanza un período de auge como demuestran las construcciones públicas, la red de alcantarillado y el urbanismo que sigue la planta reticular. A finales del siglo IV o principios del V d. C parece que la ciudad se abandona definitivamente.
Destacan los edificios públicos encontrados, como Las Termas y el Mercado.
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