Complejo kárstico con casi 100 kilómetros de recorrido, originado por los ríos Guareña y Trema, que discurren por su interior. Es el conjunto de cuevas más extenso de la Península Ibérica.
Destacan las muestras de arte rupestre de la Sala de las Pinturas, los grabados de la Cueva del Kaite y las improntas de pies en la Sala de las huellas. Han aparecido grabados parietales, trazos de tiza, una pieza de madera labrada…
Estos hallazgos demuestran que los pobladores de esta zona, a principios de la Edad de los Metales, usaban las cavidades de más difícil acceso al complejo como santuario para rituales. Una de las entradas de las Cuevas de Ojo Guareña es la ermita y cueva dedicada a San Tirso y a San Bernabé.
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